14.4.08


Conociendo el exquisito gusto por el arte de su esposo, Helga Von Dite, organizó una mágnica fiesta en su mansión.Contrató a un artista joven pero completamente prometedor que destacaba en los circulos sociales más selectos..
La fiesta estaba en su plenitud cuando el artista hizo su entrada entre las puertas de vidrio biselados a través del jardín que era una réplica casi exacta de los Jardines de Versalles.
Alto, bellísimo, de mirada gélida y andares carentes de toda emotividad se dirigió al piano..
De repente se sacó del frac un enorme pescado, de cuyos ojos se podía saber el tiempo que llevaba fuera del agua y sin previo aviso empezó a golpear las teclas con él.Tripas, escamas,aletas, salieron despedidas entre aquella enjoyada concurrencia.
Los invitados enmudecieron de horror y como de una gigantesca fuerza centrífuga se tratara todos retrocedieron espantados..
-¿Quién ha dejado entrar a este en mi casa?¡Preguntó fuera de sí el anfitrión
El artista rebuscó entre las teclas de nacar del piano y rescató los dos ojos del pescado.Caminó con paso rápido hacia él y cuando estaba cara a cara con él le hizo :!!BUHH¡..y ayudándose con los pulgares le sacó los dos ojos que reemplazó por los del pez..
-Estúpido, las manos y los ojos son lo de menos, si el piano se tocase con las manos todos todos seríamos pianistas.

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