24.3.08


La Princesa llevaba tantos años obsesionada con lo mismo, que el Rey mandó llamar al médico de Palacio:
-Una ducha fría por las mañanas,una taza de te de rosas por la tarde y déjese ya de besar batracios a la luz de la luna que eso no asegura la felicidad -
Eso no la consuela y aquejada de aquel mal no para de besar sapos a todas horas, sabe que el amor vendrá y saldrá del cesped del jardín.Una noche de verano oye al lado de los crisantemos un croar maravilloso, ronco, profundo.Corre ansiosa a besarlo.Ante sus ojos el sapo se convierte en el Principe más apuesto que ella haya visto jamás, le susurra:
-Gracias por liberarme.
-Ella con el corazón desbocado le pregunta:Pero¿Es que no vas a besarme?¡Ni a pedirme que me case contigo?¡
-Perdona, sonrie él deslumbrante,pero eres un poco vieja para mi.Y se aleja en la noche con su dulce caminar de adolescente



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