26.3.08


Tuve el dudoso privilegio de conocerle hace tiempo.Era mi debilidad, mi absoluta pasión.Un juego siniestro.No había ni puertos ni anclas.Mi tiempo, no el suyo, pasaba lento como las gotas de aceite resbalando por las paredes de un recipiente, como cuando apoyas la frente en una ventana y te inventas una calle para verlo pasar.Hay hombres que siguen siendo niños, hombres que aún no han aprendido a mirarte a la cara, eso no está hecho para ellos.Me daba como la canción una de cal y otra de arena y yo me he preguntado siempre cúal era la buena, la cal es una porquería y la arena aún más.
Un día descubrí muy a mi pesar la clase de tipo que era y pronuncié las dos palabras más deliciosas que se le pueden decir a un amante estúpido:
-Se acabó..


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